Antonio Di Pietro es, casi con toda probabilidad, el enemigo más feroz, antiguo y constante que tiene Silvio Berlusconi. Su animadversión hacia 'Il Cavaliere' comenzó a principios de los años 90, cuando Di Pietro, entonces magistrado, se convirtió en el fiscal estrella de los casos de corrupción conocidos como Manos Limpias y comenzó a estrechar el cerco en torno al ahora primer ministro. Berlusconi dio entonces el salto a la política y trató de firmar un armisticio con él, ofreciéndole en 1994 el cargo de ministro del Interior. "Yo le dije 'No, gracias', y cuando se me preguntó por qué, le respondí: 'Mi madre siempre me dijo: dime con quién andas y te diré quién eres'", afirma.
Cuatro años después, el fiscal colgó la toga y decidió también él probar suerte en política. Fundó La Italia de los Valores, un partido que define como post-ideológico, que se caracteriza fundamentalmente por su visceral antiberlusconismo y que está creciendo como la espuma: en las elecciones generales de abril del año pasado cosechó el 4% de los votos, y en las europeas que acaban de celebrarse ha subido hasta el 8%.
A continuación, algunas de sus afirmaciones en la entrevista concedida esta semana a EL MUNDO:
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— "Berlusconi yo creo que está enfermo, es algo que a cualquiera le puede ocurrir. La erotomanía de Berlusconi creo que es consecuencia de un estado de impotencia mental. Ojalá que algún médico, algún amigo, le pueda ayudar a envejecer mejor".
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— "Es un error pensar que puede caer como primer ministro. Berlusconi no entró en política por gusto, se metió por motivos judiciales. Cuando vio que las investigaciones por corrupción de Manos Limpias podían acabar con él, se inventó una tercera vía procesal: entra en política, a través del control de la información consigue ser elegido primer ministro, nombra parlamentarios a sus empleados, a sus acólitos, a sus cómplices y a sus abogados y hace leyes para evitar ser procesado".
CONTINUA ...
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/26/internacional/1246043046.html
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