sabato 20 giugno 2009

El costumbrismo político

El costumbrismo literario nunca ha significado una mirada objetiva sobre la realidad. El costumbrista responde a una elaboración tópica, a unos estereotipos, a unas fórmulas paralizadoras que suplantan la realidad. Cuando el Romanticismo tomó conciencia del vértigo de la historia, de la velocidad con la que avanzaba un mundo que se había atrevido a perder el carácter sólido de lo sagrado, tuvo la oportunidad de establecer un diálogo íntimo con las transformaciones. Pero también surgió la idea de paralizarlo todo, de sustituir los movimientos reales por una escenificación de costumbres huecas. El costumbrismo renunciaba así a salirse de unos rituales sin anclaje en la sociedad. Más que pensar en una alternativa, sus posibles indignaciones estaban condenadas a evocar con melancolía una pureza perdida.
Hay contradicciones en la democracia actual que sólo puedo entender por la imposición de un venenoso costumbrismo político. No se trata sólo de que los ciudadanos estén acostumbrados ya a la democracia, con su aburrida normalidad de leyes y poderes regulados. Poco a poco se ha impuesto un sentido común negativo de la política. La gente repite en sus conversaciones estribillos de una danza interpretada con los colores resultones de los trajes típicos: todos son iguales, la corrupción lo mancha todo, las discusiones sectarias entre partidos tienen poco que ver con los problemas de los ciudadanos, yo no voto, yo sí votaré, pero con la nariz tapada. Estamos asistiendo a la verdadera dimensión trágica, sobrecargada de fracasos y renuncias, de los que se acostumbraron a vivir en democracia por ser el sistema menos malo.
CONTINUA ...
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/costumbrismo/politico/elpepiespand/20090620elpand_8/Tes

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